10 Lecciones urgentes de IA para líderes: Lo que realmente funciona en 2025

Por Arturo Salazar

Durante los últimos dos años, la inteligencia artificial generativa ha sido una de las tecnologías más comentadas en el ámbito empresarial. Sin embargo, las transformaciones radicales que muchos anticipaban aún no se han materializado. ¿Significa esto que la IA ha sido sobrevalorada? No necesariamente. Lo que está ocurriendo es que las verdaderas transformaciones están siendo más graduales, específicas y estratégicas. En lugar de esperar una revolución inmediata, los líderes más efectivos están adoptando enfoques prácticos que generan valor real y sostenible.

Basándonos en las investigaciones más recientes del MIT, presentamos 10 lecciones urgentes que todo líder empresarial debe conocer para aplicar IA de manera rentable, escalable y sin caer en el ruido mediático.

1. Transformaciones pequeñas, resultados grandes

Muchos líderes se decepcionan al no ver una “gran transformación” después de implementar IA. Pero la clave está en avanzar por partes. Las llamadas transformaciones con “t” minúscula se refieren a aplicar IA en procesos puntuales (como la atención al cliente, generación de reportes o análisis de feedback), sin intentar rediseñar todo el modelo de negocio de una vez. Este enfoque incremental permite experimentar, aprender y escalar con menos riesgo.

2. La deuda técnica es un activo, si se maneja bien

La deuda técnica surge cuando una empresa prioriza soluciones tecnológicas rápidas que, con el tiempo, se vuelven difíciles de mantener o actualizar. Lejos de ser un problema a erradicar, la deuda técnica bien gestionada puede convertirse en una ventaja, si se identifica qué mantener, qué actualizar y cómo reutilizar componentes existentes. Las empresas más avanzadas destinan al menos un 15 % de su presupuesto de TI a este propósito.

3. Tus datos desordenados son oro sin explotar

El 97 % de los datos en muchas empresas son no estructurados: correos, PDFs, notas, imágenes, videos. Tradicionalmente, estos datos eran difíciles de usar. Pero la IA generativa ha cambiado eso. Mediante tecnologías como RAG (Retrieval-Augmented Generation), la IA puede acceder, comprender y generar respuestas personalizadas utilizando tus propios documentos internos. Ignorar estos activos es desperdiciar una mina de conocimiento.

4. Sin una cultura de datos, la IA fracasa

Tener acceso a herramientas de IA no significa que las personas las usen bien. Una cultura de datos implica que las decisiones se tomen basándose en información verificable y no en intuición o jerarquías. Esto requiere liderazgo, capacitación y ejemplo constante. Más del 57 % de las organizaciones aún falla en este aspecto, según datos de Wavestone.

5. La filosofía también forma parte de tu estrategia

¿Quién decide lo que una IA debe considerar ético, justo o relevante? La filosofía, entendida como un conjunto de principios sobre lo correcto, lo verdadero o lo útil, está integrada en los algoritmos que usamos. Si las empresas no eligen estos principios de manera consciente, lo harán por omisión, exponiéndose a sesgos, decisiones opacas o riesgos legales.

6. Aprender más rápido con IA ya es posible

La IA no solo automatiza tareas, también acelera el aprendizaje organizacional. Combinando IA tradicional (que detecta patrones) con IA generativa (que produce contenido y respuestas), las empresas pueden documentar procesos, capacitar equipos, generar hipótesis y mejorar decisiones en tiempo real. Esto crea una ventaja acumulativa difícil de igualar.

7. GenAI y analítica avanzada no son rivales

Es un error común pensar que la IA generativa reemplaza todo. En realidad, la IA generativa es ideal para tareas creativas o repetitivas (como redactar, resumir o interactuar), mientras que la analítica avanzada se centra en optimizar decisiones con base en datos duros (como predicción de ventas o segmentación de clientes). Juntas, forman un ecosistema potente si se usan correctamente.

8. No puedes prohibir lo que ya está pasando: el caso del BYOAI

BYOAI (Bring Your Own AI) se refiere a cuando los empleados usan herramientas de IA externas (como ChatGPT, Claude o Copilot) sin autorización formal. Prohibirlo no solo es impráctico, sino contraproducente: los usuarios buscarán formas de evadir los controles. Lo recomendable es crear políticas claras de uso responsable, privacidad y seguridad, que permitan innovar sin poner en riesgo los datos o el cumplimiento normativo.

9. Evalúa antes de lanzar

Muchas aplicaciones de IA fracasan por falta de validación. Las llamadas evals son pruebas automatizadas que miden si una solución de IA cumple su propósito. Ayudan a detectar errores, priorizar mejoras y saber cuándo una herramienta está lista para su despliegue. Invertir en estas evaluaciones desde el inicio evita grandes fracasos al final.

10. Para preguntas complejas, necesitas IA causal

La mayoría de los modelos de IA predicen qué podría pasar. Pero a veces, lo que interesa es entender qué pasaría si hacemos X o Y. Ahí entra el machine learning causal, que permite simular escenarios (por ejemplo: ¿conviene ofrecer un 10 % de descuento a este cliente?). Esta capacidad es esencial para decisiones estratégicas, ya que no solo anticipa, sino que explica.

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La inteligencia artificial en 2025 ya no es un experimento, es una herramienta empresarial concreta. Pero el éxito no llega por adoptar la tecnología más nueva, sino por integrarla con visión estratégica, realismo operativo y liderazgo cultural. Las empresas que comprendan esta nueva lógica serán las que obtendrán beneficios reales, mientras las demás seguirán atrapadas entre la parálisis y el escepticismo.

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